Mis Narices En Tus Sobacos

por fredy “mis manos en tu cintura, sha-la-la-la-lá...sha-la-la-la-lá-lá”
soundtrack: adamo + ramones

eso es lo que me gustaría. estar en esa zona con multitud de matices. desde los suaves hasta los rasposos, pasando por los peludos, aunque estos últimos tienen a su vez su nivel de puntuación independiente.
todos tienen un denominador común: el placer. ¿cuál?
pasar la lengua por su textura, snifar su húmeda ambrosía, captar su química volátil, todo ello mientras otra piadosa dama -si es amiga de la dueña de esa concavidad, mucho mejor (ya que soñamos despiertos que sea por lo menos apoteósico)- te está comiendo el culo con sus glándulas gustativas.
ese sentido de la vulnerabilidad no tiene precio. aquellos que sabemos que somos un regalo para todas las mujeres, lo sabemos muy bien.
bueno, tampoco hace falta que te estén comiendo el ano, y de paso, los cojones: el tener la oportunidad de tener unos sobacos calientemente disponibles ya es algo prometedor, pues si se ha llegado a ese punto es que todo ha ido bien, es decir, que has sabido llevártela a la cama, o simplemente ha sido ella quién, disimulada o “románticamente”, te ha hecho creer que todo el mérito es tan sólo tuyo.

aviso antes de proseguir: la cama está para divertirse y reír, no para llorar. ellas lloran cuando no tienen lo que necesitan: ¿un buen rabo?¿un orgasmo?¿un cuento chino?. aún más: sus lágrimas, sobre todo, fluyen en toda su grandiosidad cuando la flacidez es patética y le dices, con toda la ingenuidad del mundo, “es que te la tienes que trabajar”... por desgracia hay pocas mujeres sindicalistas y con actitud de beneficencia hacía tu propia desgracia... pero no hay hombre flácido, sino mujer poco viciosa, porque si lo es, todo tiene solución... y lo de los sobacos puede dar mucho juego ( si ella no se parte antes los ovarios por la carcajada...)

Pues eso, proseguimos: tener unos sobacos en condiciones y a tu entera disposición es sinónimo de estar ella -nuestra deseada compañera de juegos- con los brazos levantados... y eso también puede suponer que la tienes atada y totalmente a tu sometimiento... ¿te lo imaginas? ¿si? pues a partir de ahí para delante... y para abajo, el gran recorrido.

Una parte íntima poco visitada.

quizá no esté en el hit parade de zonas erógenas femeninas, pero si además de tenerla atada la tienes con los ojos tapados, el erógeno eres tú y se lo puedes transmitir (¿un chorro de lefa sobre su sobaco mordisqueado?, no seas bestia, hombre...).

* flashback, o sea, un remember: hace tiempo pero tampoco tanto. un film porno. la protagonista la gran Gynger Lynn. sentada en una silla. mientras un colega le está limpiando la chimenea, otros dos, de pie, son masturbados gracilmente por el sobaco izquierdo y por el sobaco derecho de una siempre asombrosa, caliente y lasciva Gynger. estéticamente curioso y didáctico. incluso ejemplar.

Esto ha sido el aperitivo. proseguiremos con el tema en un incierto y quizá hasta milagroso otro momento de "Agonizando en Público". mientras tanto seguiremos esperando una nueva ocasión para visitar el centro del universo, ahí, en esas misteriosas y pecaminosas concavidades femeninas.